Arañazos en la puerta

Comentarios · 40 vistas

El sonido que antes era comun, pero ahora que vive sin sus mascotas lo arrastra a un perturbador y peligroso descubrimiento.

Al crecer con gatos y perros me acostumbré al sonido de los arañazos en la puerta de mi habitación mientras dormía. Mis mascotas siempre estaban allí, listas para protegerme de cualquier cosa que pudiera acechar en la oscuridad de la noche. Pero ahora que vivo solo, ese sonido es mucho más inquietante.

La primera vez que escuché los arañazos en la puerta de mi apartamento, estando solo, pensé que era solo el viento. Pero cuando me levanté para cerrar la ventana, vi que estaba cerrada. No había nadie allí afuera, y ninguna explicación lógica para el sonido que había escuchado. Decidí que debía haber sido mi imaginación, y volví a la cama.

Pero la siguiente noche, los arañazos volvieron. Esta vez eran más fuertes, más insistentes. Me levanté y me acerqué a la puerta, pero no vi nada a través del ojo mágico. Me quedé allí por un momento, tratando de ignorar los latidos de mi corazón mientras los arañazos continuaban. Finalmente, me armé de valor y abrí la puerta.

Nada. No había nadie allí. Solo la oscuridad de la noche y un escalofrío en mi espina dorsal.

Comencé a sentirme cada vez más paranoico a medida que pasaban los días. Los arañazos seguían viniendo, y cada vez eran más fuertes, más persistentes. Empecé a cerrar todas las ventanas y puertas, pero aún así los arañazos seguían llegando. Empecé a sentir que algo me observaba, algo que no podía ver pero que estaba ahí, en mi apartamento.

Una noche, decidí esperar afuera de mi puerta para ver si podía atrapar al culpable. Me quedé allí, en silencio, durante horas. Y luego, de repente, los arañazos comenzaron de nuevo. Me lancé hacia la puerta, pero antes de que pudiera abrirla, algo me golpeó con fuerza desde el otro lado. Caí al suelo, aturdido, y cuando recuperé el sentido, me di cuenta de que algo había entrado en mi apartamento.

Lo que sucedió después es un borrón en mi mente. Solo recuerdo la oscuridad y el sonido de algo acercándose a mí, algo que me hablaba con una voz gutural y espeluznante. Y entonces, de repente, todo se detuvo. Desperté en el suelo de mi apartamento, solo y aterrorizado, con los arañazos silenciosos en la puerta de mi habitación.

Desde entonces, me he mudado de apartamento, pero aún así sigo escuchando los arañazos en la puerta de mi habitación. Y siempre me pregunto, ¿qué es lo que me estaba acechando en la oscuridad? ¿Qué es lo que quiere entrar en mi vida y nunca dejarme ir?

Mis amigos y familiares intentaban convencerme de que todo estaba en mi cabeza, que debía buscar ayuda profesional. Pero yo sabía que no era así. Había algo ahí afuera, algo que estaba tratando de encontrarme y destruirme.

Mis noches se convirtieron en un infierno. No podía dormir, no podía estar tranquilo. Cada sonido, cada sombra, me hacía saltar. Sabía que estaba siendo acosado por algo más allá de lo que podía ver o entender.

Una noche, después de semanas de insomnio y paranoia, me desperté sobresaltado por el sonido de los arañazos. Miré hacia la puerta, y vi a un gato negro sentado frente a ella, con los ojos brillantes en la oscuridad. Pensé que era solo un gato callejero que había entrado por la ventana, pero luego vi algo que me heló la sangre.

El gato comenzó a hablar, con la misma voz gutural y espeluznante que había escuchado en mi apartamento anterior. Me preguntó si recordaba esa noche, la noche en que algo había entrado en mi apartamento. Y entonces me dijo que había venido a terminar lo que había empezado.

Intenté salir corriendo de la habitación, pero el gato me bloqueó el paso. Entonces, comenzó a cambiar de forma, convirtiéndose en una criatura aterradora y monstruosa. Su pelaje se cayó y reveló una piel escamosa y negra, y sus ojos se volvieron amarillos y reptilianos.

 Parecía ser parte gato, parte reptil, pero ninguno a la vez. Nada natural había en ella.

Cuando comenzó a hablar, su voz era gutural y escalofriante. 

—¿Recuerdas esa noche, humano? —dijo la criatura, con una sonrisa retorcida—.Fue una noche divertida. ¡Y ahora, estoy aquí para terminar lo que empecé!

Intenté luchar contra la criatura, pero era demasiado fuerte. Me arrastró hacia la oscuridad, y sentí sus garras hundirse en mi carne mientras gritaba de terror.

—¿Tienes miedo, humano? —preguntó, riendo—. Deberías tenerlo. Soy mucho más fuerte que tú, y nunca te dejaré escapar.

—¡No! —grité, tratando de liberarme de su agarre—. ¡Déjame ir!"

Pero la criatura solo se rió más fuerte, y comenzó a apretar con más fuerza. Sentí mis huesos crujir y supe que estaba condenado.

—¡Nunca escaparás de mí! —gritó acercándose a mi oído—. Si no es hoy, te seguiré a donde quiera que vayas, y te destruiré de la manera más dolorosa posible.

Intenté luchar, pero era demasiado fuerte. Me arrastró hacia la oscuridad, y sentí sus dientes hundirse en mi carne mientras gritaba y rezaba.

Pero nadie vino a ayudarme. Nadie escuchó mis gritos de súplica.

Desde entonces, nunca se ha encontrado mi cuerpo. Y a menudo, en la oscuridad de la noche, se puede escuchar el sonido de los arañazos en la puerta de mi habitación abandonada, seguidos por la risa gutural de la criatura que me arrastró hacia la oscuridad y me devoró

Lee más...
Comentarios