Mensaje cósmico

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Un científico descubre una señal de radio proveniente del espacio profundo. Es un mensaje que debe descifrar, pero algo en él le hace pensar que es una advertencia. ¿Qué descubrirá?

El profesor Johnathan Hawkins había dedicado su vida a la astronomía y la búsqueda de vida extraterrestre. Pasaba horas interminables en el observatorio, monitoreando el espacio en busca de señales de vida inteligente, pero siempre se había encontrado con un abismal silencio ensordecedor. Ese había sido el trabajo de su vida. Escuchar el vacío del espacio con muchas esperanzas, pero sin ningún resultado. A menudo, en los descansos, se fumaba un cigarrillo y lo contemplaba consumirse por el fuego, así se sentía él: consumiéndose por el tiempo sin tener un propósito. El propósito de cualquier animal es nacer, crecer, reproducirse, morir. Un joven Johnathan había aceptado intercambiar eso de “reproducirse” para dejar un legado aún mayor que un vástago que llevara su apellido y compartiera ADN. Él estaba fascinado con la ciencia ficción y estudió astronomía con la esperanza de descubrir vida extraterrestre y bautizar esa raza descubierta con su apellido. “Hawkianos”, así los llamaba cuando soñaba despierto. 

Sin embargo, un día todo cambió.

Mientras revisaba los datos de una super antena, Hawkins notó algo extraño. Había una señal de radio proveniente del espacio profundo que no podía ser ignorada. Sabía que la mayoría de las señales eran simplemente ruido de fondo, pero había algo diferente en esta. Era periódica. En la naturaleza las frecuencias se repiten, es cierto, pero no con un patrón que no pueda ser descrito con una simple Serie de Fourier, ni descompuesta en matrices con la gran Transformada Z.

Hawkins se dedicó a estudiar la señal con atención y, después de varios días de análisis exhaustivo, descubrió que contenía un mensaje codificado. Los Hawkianos se estaban comunicando con la tierra. El descubrimiento de Hawkins dejó al profesor y su equipo de investigación perplejos. ¿Quién podría enviar un mensaje desde el espacio profundo? ¿Y qué querían decir? No podía entender el idioma, pero la naturaleza repetitiva del mensaje lo dejaba claro: era una advertencia.

Hawkins convocó a un equipo de investigación para discutir sus hallazgos. 

—He encontrado una señal de radio muy extraña, que creo que puede ser una advertencia.

El Dr. Chan, uno de los miembros del equipo, levantó la mano para hablar.

—¿Podría ser una emisión natural? Muchas señales de radio provienen del espacio profundo y son simplemente ruido de fondo.

—Lo he considerado —dijo Hawkins-–. Pero después de analizar la señal durante varios días, he descubierto que contiene un patrón repetitivo. No es aleatorio. Creo que es un mensaje.

El Dr. Lee, otro miembro del equipo, se inclinó hacia adelante y pegó el bigote de la nariz.. 

—¿Qué dicen los Hawkianos? -–preguntó en evidente burla.

—No sabemos quién lo envió o qué significa exactamente, pero necesitamos descifrarlo. Por eso están ustedes aquí. Nos han conferido los permisos para usar los supercomputadores y usar simulaciones de lenguaje con las más potentes inteligencias artificiales. Algo me dice que es una advertencia, no podemos perder tiempo.

La risa del Dr Lee se difuminó ante el sombrío semblante de Hawkins. Él sabía que el descubrimiento debería alegrar a Hawkins, y si no lo hacía era porque de verdad pensaba que era algo peligroso.

Durante semanas, Hawkins y su equipo trabajaron incansablemente para descifrar el mensaje. Discutieron teorías y compararon notas, tratando de encontrar cualquier pista que pudiera ayudarlos a entender lo que estaba pasando. Finalmente, después de muchas noches sin dormir y mucha investigación, descubrieron algo que los dejó sin aliento.

—Creo que he descubierto lo que significa —dijo Hawkins, su voz temblorosa—. Es una entidad cósmica. Una fuerza insondable que se alimenta de planetas enteros.

Los miembros del equipo se miraron entre sí, asombrados por lo que acababan de escuchar.

—¿Cómo podemos estar seguros de que es real? —preguntó el Dr. Lee.

—Debe haber un error en tus cálculos —alegó el Dr Chan.

—No estoy descifrando nada. Lo sé porque he estado observando el espacio durante todas estas semanas —dijo Hawkins

Hawkins dedicó sus noches a observar el espacio, buscando cualquier señal adicional que pudiera ayudar a confirmar sus sospechas. Finalmente, después de semanas de búsqueda, encontró algo que lo dejó aún más preocupado: una perturbación en la órbita de la Tierra.

La perturbación era sutil, pero lo suficientemente significativa como para ser una prueba sólida de que la entidad cósmica se acercaba. Hawkins se dedicó a investigar más a fondo, y pronto descubrió que la perturbación era solo el comienzo. Algo estaba creando ondas gravitacionales que se estaban propagando por todo el sistema solar

—Hay una perturbación en la órbita de la Tierra, y las ondas gravitacionales están aumentando. Algo se acerca y consume las estrellas a su paso. ¡Las estrellas y planetas desaparecen tras su paso! La entidad cósmica se acerca, y se está acercando rápido.

Los miembros del equipo intercambiaron miradas preocupadas.

—¿Qué podemos hacer? —preguntó el Dr. Chan.

—Lo primero que debemos hacer es informar a la humanidad sobre lo que está sucediendo —dijo Hawkins.

—Profesor —Le interrumpió Clara, una mujer de avanzada edad que trabajaba en su equipo desde hace años—. Nadie creerá esto. Además la NASA lo hará clasificado y no llegará a los medios. Cualquier incursión de nuestra parte será desestimada y quedaríamos desacreditados.

El silencio gobernó la sala.

Clara tenía razón. No les creerían. Aun así, la entidad cósmica se acercaba a la Tierra a una velocidad vertiginosa, y una vez que llegara, la humanidad estaría condenada. Sin embargo, ¿cómo podrían enfrentarse a algo así? Era más grande que cualquier cosa que la humanidad hubiera visto jamás, y no había manera de saber cómo combatirla. Solo los cómics habían osado imaginar algo así, y en la mayoría de los casos los superhéroes perdían.

Con el tiempo en contra, Hawkins y su equipo hicieron lo único que podían hacer: Usaron la antena para repetir la señal de radio que habían recibido en primer lugar. Luego todo el equipo se reunió y juraron silencio. Procedieron a cerrar el observatorio y fueron a disfrutar lo último que les quedaba de vida.

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