Se habla de los índices de lectura como se habla de los de desnutrición o los de pobreza, porque son casi lo mismo, pero, en realidad, pocos saben cuánto leen porque leen para leer y no para contar.

Porque hay tantos tipos de lectores como cantidad de libros. Están, por ejemplo, los lectores de novedades, los de clásicos, los académicos, los que leen porque sí o porque no, y están los neuróticos, esos que recuerdan cada uno de los libros que han leído a lo largo de su vida, y que no los mencionan por mero respeto a los que apenas pueden leer lo que sus energías físicas o económicas les permiten y, por supuesto y en primer lugar, quienes ni siquiera saben leer.

 

Método

Pero vayamos al grano: casi quinientos libros leídos, o más, se obtienen de la sumatoria de, por ejemplo, trescientos sesenta y cinco libros de poesía, trescientos sesenta y cinco cuentos, cincuenta y dos novelas y veinticuatro biografías o libros de otros géneros. Y esto traducido al lenguaje matemático-literario sería, más o menos, así: trescientos sesenta y cinco días leyendo un libro de poesía por día, más trescientos sesenta y cinco días leyendo un cuento por día (lo que equivale a, poco más, poco menos, de cuarenta y cinco libros de cuentos), más cincuenta y dos novelas, leída una semanal, y a veinticuatro biografías, leída una quincenal, dos por mes.

 

Valores numéricos de más o menos 500 libros leídos al año

365 libros de poesía

365 cuentos

52 novelas

24 biografías y otros géneros

Ahora bien, mudado al día a día, que es uno de los lenguajes más universales, diríamos que hay que leer un libro de poesía diario, un cuento diario (la extensión y la calidad dependen del lector mismo, que, si quiere, puede hacer haga trampa y leer sólo cuentos cortos o cuantos malos que no lo hagan reflexionar, pero cuentos al fin y al cabo), algún fragmento o capítulo (en realidad los que quiera, siempre será mejor leer lo que se quiera) de la novela elegida y, por último, algún que otro trozo de la biografía o autobiografía a la velocidad que el autor se lo permita.

 

Valores específicos diarios de más o menos 500 libros leídos al año

1 libro de poesía

1 cuento

1 fragmento o capítulo de novela

1 trozo, párrafo o capítulo de otros libros

 

Metadatos de la fórmula

El tiempo que se invierte en ver un capítulo de una serie televisiva, puede usarse (al tiempo, no vamos a privarnos de tantos placeres del mundo, por supuesto) para leer una novela corta de gran calibre, o, si lo prefieren, un buen cuento largo y, como última opción, un poemario serio.

Si cambiamos capítulo de serie por partido de fútbol o algún evento deportivo del cual cierto porcentaje sea descartable, funciona a la perfección.

El tiempo muerto entre encuentros sociales es suficiente para leer poemas sueltos y hasta algún cuento corto o mediano.

Y, por último, pero nunca menos importante, leer no quita tiempo, lo multiplica.

Descargo de responsabilidad

En caso de falla técnica, logística o profesional, acuda al viejo argumento del valor del buen libro, porque es bien sabido que hay libros que valen por dos o por cinco, y hasta por cien, o, por qué no, hasta por quinientos. Pero no me pidan que les diga cuánto vale este o aquel, porque esos son secretos que un buen lector jamás revela, porque lo aprendió por sí mismo y sabe, muy adentro, en donde los números no significan nada, que el valor es válido para él y para nadie más.

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