No le digas
que todo es posible
si cierra los ojos
y atrae mi recuerdo.
No le digas
que puedo escurrirme
en el abrazo del viento,
acariciar su boca triste
con un beso sin tiempo.
No le digas
que acuno tus risas
en mis brazos de cielo,
que juego contigo
en una barca de sueños.
No le digas, pequeño,
que no me he ido,
que aún no puedo...
Poema inspirado en la lectura del libro "La ridícula idea de no volver a verte", de la escritora española Rosa Montero.
